El Carnaval que abarrotaba la avenida de Portugal

05.06.2021

Jesús Gil, Rui Bento y Miguel Durán, entre los pregoneros 

Jesús Gil y Gil, en febrero de 1995, durante su pregón en el Carnaval de Labradores ante miles de personas

Hace tres décadas el Carnaval no sólo se vivía en Ciudad Rodrigo sino también en la capital salmantina. El más popular y multitudinario era el que organizaba la Ronda de Labradores. En los primeros años se gestó en las calles de Salesas con escenario, orquestas y pregones en la confluencia de la calle Alonso de Ojeda y Alfonso de Castro. Con el inicio de la década de los noventa esta fiesta se convirtió en el Carnaval de Salamanca, de toda la ciudad. Las tómbolas, los puestos de comida y algunas atracciones ocupaban calles de Salesas y la avenida Portugal. El lleno se daba el día del desfile de las originales y espectaculares carrozas, una de ellas con la reina y damas de los Carnavales, y un sinfín de grupos disfrazados que se lucían en el recorrido hasta la Plaza Mayor. Las familias y amigos hacían peñas y preparaban con antelación originales vestimentas. El Carnaval que ahora se ha quedado sólo para niños y jóvenes, por entonces arrastraba a los adultos.

Uno de los toreros más importantes que ha dado Portugal, Rui Bento, fue el pregonero en el año 90. Conforme aumentaba la popularidad del Carnaval y la afluencia de participantes procedentes de todos los barrios de la ciudad, crecía el nivel de los pregoneros. Miguel Durán, presidente de Telecinco por entonces y antes de ser director general de la Once; el periodista Fernando Jáuregui; el árbitro internacional y comentarista Joaquín Ramos Marcos... hasta Jesús Gil y Gil. Fue en 1995 cuando el empresario abarrotó la avenida de Portugal con su pregón. Gil estaba en su momento álgido y era un fenómeno televisivo y de masas: gobernaba Marbella a su antojo y como presidente del Atlético de Madrid estaba a punto de lograr su primera Liga. Con la soltura y desvergüenza que le caracterizaba Jesús Gil ocupó el escenario, acompañado por el salmantino Pedro Román (teniente de alcalde marbellí por entonces y después uno de los principales condenados por el caso Malaya) y el aristócrata de las elitistas fiestas de Marbella Jaime de Mora y Aragón. Al grito de "Fuera las caretas, viva Salamanca, viva todos vosotros y la madre que os parió", Gil cortó la cinta como si de una inauguración urbanística se tratase, rodeado por la reina y damas de las fiestas, que lucían brillantes vestidos y tocados de largas plumas, más cercanos al Carnaval canario que al charro.


Fueron los años más álgidos en los barrios de Salesas y Labradores que mantuvieron vivo el latido del Carnaval en la capital hasta finales de los 90. Cuentan los vecinos que, pese al notable beneficio que aportaba a los comercios y hosteleros de la zona, sólo eran unos pocos los que aportaban dinero para la organización mientras el resto se beneficiaba "por la cara". Al final esto derivó en el declive de la fiesta, cuando se dejó de organizar y unos años después, en 2006, las obras de construcción del aparcamiento subterráneo de la avenida de Portugal pusieron la puntilla para su ocaso.

Información: La Gaceta de Salamanca